En los últimos años estos crustáceos han incrementado su abundancia en lotes de agricultura en siembra directa, principalmente en lugares bajos o cañadas. Los lotes de producción bajo riego, con gran abundancia de rastrojos, especialmente de trigo y altos niveles de humedad favorecen su proliferación. La no remoción del suelo y la presencia de rastrojo generan condiciones apropiadas de humedad y materia orgánica para su desarrollo.
Las hembras dan nacimiento grupos de hasta 70 individuos en estado avanzado de desarrollo y pueden tener hasta 2 generaciones por año.
Pueden causar importantes daños al producir heridas en el cuello de la plántula, produciendo la caída de cotiledones y muerte de la plántula, reduciendo el estand de plantas. También afectan el sistema radicular. Pueden hacer daño aun en estados vegetativos más avanzados el cultivo comiendo hojas y dejándolas como una malla.
Los suelos no removidos con altos niveles de humedad y gran abundancia de rastrojos favorecen su proliferación.